DONDE TENGAS LA OLLA...

No metas la...
...

Un miércoles cualquier después de trabajar todo el día contigo salimos a cenar. Dos botellas de alvariño y la nouvelle cuisine del lugar, son culpables de que nos desinhibamos.
Parece que tonteamos el uno con el otro y aunque sabemos que lo nuestro no es posible, jugamos todo el rato, y a los dos nos gusta. En este juego yo no me siento culpable…tú sí, pero sólo un poco.

-¿Una copa? – me preguntas sabiendo la respuesta-.
-Venga, una y a casa.

Bebes sangría y yo ron con limón. En el “café de la sal” hay fiesta de sombreros.
Nos reímos toda la noche, nos contamos cosas del pasado. Todo es perfecto y el tiempo pasa volando. Descubrimos cosas el uno del otro, y nos damos cuenta de que tenemos cosas en común, aunque en otras somos muy distintos.
La noche pasa y nos dan las 3:00. Tu madre te llama preocupada y la situación nos parece muy graciosa.
Por un momento nos hacemos los responsables y decidimos irnos a dormir, al fin y al cabo mañana hay que trabajar. Tú estarás en una punta de la provincia y yo en otra.
Cuando me dejas en mi coche me preguntas:

-¿Me llamarás mañana? –y yo con esa sonrisilla tonta que nos hace parecer idiotas, sólo puedo decir:
-Por supuesto.

Cuando arranco y suena la primera canción, me doy cuenta de que la he cagado...he vuelto a enamorarme.